Es un ejemplar creativo y magnánimo, capaz de desarrollar
nuevos conceptos, brillantes y revolucionarios. La Madera combinada con su
signo le da la aptitud de formular y llevar a la práctica sus ideas y de
trabajar en cooperación con otros, aunque en ocasiones pueda mostrarse un tanto
condescendiente.
Bien dotado para la investigación, al Dragón de Madera le
encanta estudiar las teorías de la causa y el efecto; todas sus acciones
estarán seguramente guiadas por la lógica. Sin embargo, también tiene tendencia
a indagar demasiado en los problemas o a someter a la gente a interminables
discusiones siempre que se enfrenta con alguna oposición.
Es pese a todo, un Dragón generoso a quien se puede inducir
a transitar por el camino del medio; que trata de ofender a tan pocas personas
como sea posible y que disimula sutilmente sus actitudes dominantes. El
elemento Madera da una variedad de Dragón menos vehemente y más razonable,
capaz de llegar a un compromiso cuando lo siente ventajoso. Así y todo, en
cuanto Dragón, en última instancia tendrá que relacionarlo todo con el tamaño
exagerado de su ego, y sólo condescenderá a cambiar cuando esté seguro de que
él mismo se beneficia.
Aunque no tan vengativo como los Dragones de otros
elementos, será franco en el hablar, orgulloso e intrépido cuando se le hace
frente.
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