Es el más voluntarioso de los Dragones. Para él, la
sinceridad y la integridad son virtudes de primera importancia, y aunque puede
ser inteligente, abierto y expresivo, es también inflexible y crítico.
Combativo y orientado a la acción, buscará y motivará
personas que tengan su mismo nivel de inteligencia y posición social. Tiene
poca paciencia con los tontos y haraganes.
El indoblegable Metal, unido al elemento natural de su signo
lunar, la Madera, le permitirá también intimidar a seres más débiles y
someterlos a su voluntad. Por lo demás, es el guerrero magnífico en su mejor
expresión.
Es tremendamente apasionado y se jugará la vida por sus
convicciones.
Cuando es negativo, tendrá una visión exagerada de su propia
conveniencia. Su fuerte no es la diplomacia, y si los otros no están de acuerdo
con él o se niegan a aceptar su liderazgo tiene la costumbre de seguir adelante
solo.
El recio Dragón de Metal se precipitará donde los ángeles no
se aventuran. Y tendrá éxito, porque se pondrá a sí mismo entre la espada y la
pared. Es de los que queman los puentes después de atravesarlos, para no poder
retroceder una vez que se han lanzado al ataque.
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