miércoles, 27 de junio de 2012

El Dragón de Tierra


He aquí un Dragón sociable, de modalidad ejecutiva, movido por un impulso compulsivo a controlar su medio y la gente que lo rodea. Como Dragón que es, no puede menos que ser autocrático, y sería de tontos esperar otra cosa. Sin embargo, será justo y capaz de apreciar las opiniones ajenas, aunque no esté de acuerdo con ellas. La Tierra le da un carácter realista, estable y, en ocasiones, un poco impersonal.




Aunque no tan acentuada como otros Dragones, éste también tiene la necesidad básica de subyugar a la gente. Pero enfocará racionalmente los problemas y su liderazgo será menos dictatorial. Se esfuerza incesantemente por desarrollar sus condiciones y sacar partido de sus recursos.
El dominio de sí que caracteriza al Dragón de Tierra no significa que le falte iniciativa. Se trata sólo de que el elemento Tierra lo lleva a no tener prisas, y es más probable que sus aspiraciones sean sólidas y ordenadas.
Recto como una vara, este Dragón aristocrático es tranquilo, fuerte y valiente. Dado a la reflexión y a la organización, sus estallidos de cólera serán infrecuentes, y tampoco se rebajará a discutir con quienes están por debajo de él cuando se enoje. Sin embargo, cuando sienta ofendida su dignidad será rápida en la venganza.

El Dragón de Fuego


El Dragón de Fuego, el más equitativo, abierto y competitivo de todos, espera mucho de los demás. Pero aunque pueda ser exigente y agresivo, como tiene también la bendición de un enorme energía puede ofrecer mucho a cambio. El problema es que puede andar por el mundo con un aire de superioridad -amén de autoritario- que hace que la gente le tema o se aparte de él. Sus condiciones para el liderazgo quedan, con frecuencia, desmerecidas por su deseo de que lo traten como si fuera el Mesías. Combinado con su enérgico signo lunar, el Fuego le dará inclinaciones en exceso celosas y dictatoriales. El Dragón de Fuego empuja demasiado, aunque haya poca resistencia.



En realidad es una persona abierta y humanitaria, amante de la imparcialidad y deseosa de descubrir la verdad a cualquier precio. Sus críticas son objetivas y tiene el poder de movilizar a las masas con su personalidad vibrante. Constructor de imperios por naturaleza, tendrá en vista el supremo orden de las cosas... con él en la cima, naturalmente.
Como el Dragón de Fuego suele ser presa de una ambición personal insaciable, es irascible, desconsiderado e incapaz de tolerar nada que no alcance a la perfección. También cae en generalizaciones excesivas o saca conclusiones precipitadas, y es frecuente que agrupe a la gente en categorías sin tener en cuenta sus diferencias individuales ni percibirlas siquiera.

El Dragón de Madera


Es un ejemplar creativo y magnánimo, capaz de desarrollar nuevos conceptos, brillantes y revolucionarios. La Madera combinada con su signo le da la aptitud de formular y llevar a la práctica sus ideas y de trabajar en cooperación con otros, aunque en ocasiones pueda mostrarse un tanto condescendiente.
Bien dotado para la investigación, al Dragón de Madera le encanta estudiar las teorías de la causa y el efecto; todas sus acciones estarán seguramente guiadas por la lógica. Sin embargo, también tiene tendencia a indagar demasiado en los problemas o a someter a la gente a interminables discusiones siempre que se enfrenta con alguna oposición.



Es pese a todo, un Dragón generoso a quien se puede inducir a transitar por el camino del medio; que trata de ofender a tan pocas personas como sea posible y que disimula sutilmente sus actitudes dominantes. El elemento Madera da una variedad de Dragón menos vehemente y más razonable, capaz de llegar a un compromiso cuando lo siente ventajoso. Así y todo, en cuanto Dragón, en última instancia tendrá que relacionarlo todo con el tamaño exagerado de su ego, y sólo condescenderá a cambiar cuando esté seguro de que él mismo se beneficia.
Aunque no tan vengativo como los Dragones de otros elementos, será franco en el hablar, orgulloso e intrépido cuando se le hace frente.

El Dragón de Agua

Es un tipo de Dragón menos imperioso, capaz de óptimo crecimiento y expansión. Puede hacer a un lado su ego por el  bien de todos, y es menos egoísta y obstinado. Persona inhibida, pero progresista.
Es capaz de adoptar una actitud de «vamos a ver qué pasa», y su ingenio es tan formidable como su fuerza de voluntad.
La vida del Dragón de Agua se ajusta a la filosofía de la fidelidad a sí mismo, y no procurará vengarse de quienes opten por el camino opuesto al suyo. Democrático y de mentalidad liberal, puede aceptar sin amargura el rechazo o la derrota.




El Agua es calmante y benéfica para este signo lunar, y el Dragón de Agua sabrá actuar con prudencia y hacer lo que es esencial para su progreso. Es rápido y confiable, y capaz de promover sus ideas con infatigable devoción. Es posible que alcance éxito como negociador, ya que sabe cuándo, dónde y cómo aplicar la fuerza.

Su desventaja principal es que, como constructor, puede padecer de un exceso de optimismo que lo Ileve a olvidarse de reforzar los cimientos. Por el intento de abarcar demasiado, es posible que lo pierda todo. Debe aprender a hacer elecciones difíciles y a renunciar a todo aquello que es imposible o innecesario. Así podrá dedicar sus energías a menos empresas, pero más gratificantes.



Dragón de metal



Es el más voluntarioso de los Dragones. Para él, la sinceridad y la integridad son virtudes de primera importancia, y aunque puede ser inteligente, abierto y expresivo, es también inflexible y crítico.
Combativo y orientado a la acción, buscará y motivará personas que tengan su mismo nivel de inteligencia y posición social. Tiene poca paciencia con los tontos y haraganes.
El indoblegable Metal, unido al elemento natural de su signo lunar, la Madera, le permitirá también intimidar a seres más débiles y someterlos a su voluntad. Por lo demás, es el guerrero magnífico en su mejor expresión.
Es tremendamente apasionado y se jugará la vida por sus convicciones.


Cuando es negativo, tendrá una visión exagerada de su propia conveniencia. Su fuerte no es la diplomacia, y si los otros no están de acuerdo con él o se niegan a aceptar su liderazgo tiene la costumbre de seguir adelante solo.

El recio Dragón de Metal se precipitará donde los ángeles no se aventuran. Y tendrá éxito, porque se pondrá a sí mismo entre la espada y la pared. Es de los que queman los puentes después de atravesarlos, para no poder retroceder una vez que se han lanzado al ataque.